Ella siempre supo que era
diferente, desde pequeña noto que sus gustos eran muy diferentes a los de las
demás y que no disfrutaban las mismas cosas, su color favorito jamás fue el
rosado, nunca soñó tampoco con ser princesa y ninguna muñeca Barbie paso
siquiera por sus manos; disfrutaba de la suciedad, amaba mojarse en la lluvia,
sentir ese olor a humedad, ese frio recorrer su piel, amaba recorrer con sus
manos las texturas del pantano que se acumulaba en su jardín y olfatear los
alrededores de la cocina para adivinar la cena del día. En las noches cerraba
los ojos e intentaba escuchar más allá de los gritos de agonía de su madre
enferma, como la naturaleza descansaba pacíficamente, como fuera de su triste
realidad existía un mundo sensitivo en el que todo era felicidad.
Ejercicios realizados en el pregrado Comunicación Audiovisual y Multimedial de la Universidad de Antioquia. 2012
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